Dios que da origen a la Gran Enéada de dioses egipcios en la cosmogonía de Heliópolis, donde se le considerba el demiurgo.
Atum era el Dios único, la fuerza creadora que emanaba del más allá y de todo el mundo conocido. Según Ken Wilber, fue el primer dios claramente monoteísta, revelado por el faraón Akenaton.
Atum encarna el sol poniente bajo la apariencia de un anciano, pero portador de promesa de vida futura. Al final de los tiempos, según un pasaje del Libro de los Muertos, Atum estará también presente y recuperará su naturaleza de ser primordial bajo la forma de una serpiente.
Atum es origen de la genealogía de los dioses egipcios. De él (masturbación mediante) nacen Shu, dios del aire y Tefnut, diosa del agua. Estos dioses engendrarán a Geb, diosa de la tierra y a Nut, diosa del cielo, quienes a su vez engendrará a Osiris, Seth, Isis y Nefitis. La unión de Osiris y de Isis, dará nacimiento a Horus, mito central del antiguo Egipto. Osiris, por su parte, es el primer rey divino de Egipto, su tragica muerte y milagrosa resurrección proporciona la base de los misterios egipcios y el origen del mito del renacimiento del difunto.